«Jamás renunciaré» a presidencia de Perú: Pedro Castillo
El ex presidente de Perú, Pedro Castillo, dijo hoy martes que jamás renunciará al cargo, y exhortó a militares y policías a suspender la represión de las manifestaciones que exigen elecciones generales y su liberación, y que han dejado siete muertos y decenas de heridos.
«Jamás renunciaré y abandonaré esta causa popular que me ha traído acá. Desde acá quisiera exhortar a las fuerzas armadas y la policía nacional que depongan las armas y dejen de matar a este pueblo sediento de justicia», dijo Castillo.
«Estoy injusta y arbitrariamente detenido, no estoy por ladrón, por violador, ni corrupto ni matón», agregó en una audiencia virtual judicial que evalúa una apelación a su detención preliminar de siete días. «Nunca he cometido delito de conspiración ni rebelión», acotó dirigiéndose al juez supremo César San Martín, el mismo magistrado que condenó en 2009 al expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
Castillo fue detenido por la policía hace exactamente una semana, tras su fallido autogolpe y su posterior destitución por parte del Congreso.
La vicepresidenta Dina Boluarte asumió inmediatamente la jefatura de Estado, como prevé la Constitución. Las violentas manifestaciones contra Boluarte persisten con numerosas carreteras bloqueadas en 13 de las 24 regiones del país, según un balance de la policía.
Las regiones más agitadas se encuentran en el sur, donde está la turística Cusco y Arequipa, segunda ciudad del país, y en la región natal de Boluarte, Apurímac convertida en epicentro de las protestas. En el norte las regiones más convulsionadas son La Libertad y Cajamarca, cuna de Castillo.
En Lima las protestas también se han tornado violentas, con enfrentamientos entre manifestantes radicales y policías en una desigual batalla campal callejera donde unos usan armas artesanales y piedras, mientras que los agentes apelan a armas de fuego y gases lacrimógenos.
Varios gremios agrarios e indígenas convocaron este martes a un «paro indefinido» en demanda de elecciones generales.
Su repercusión se desconocía aún a media mañana porque afecta principalmente a zonas rurales de Perú, pero ya provocó la suspensión del servicio de trenes entre Cusco y la ciudadela inca Machu Picchu, joya del turismo peruano