INTERNACIONAL

India expulsa a diplomático canadiense en medio de la tensión por el asesinato de un líder sij

Nuevo golpe en las relaciones diplomáticas entre India y Canadá. Los dos gobiernos cruzaron acusaciones y expulsaron funcionarios de ambos países.

La Administración del primer ministro Narendra Modi ordenó este 19 de septiembre la expulsión de un alto diplomático canadiense, en respuesta a las acusaciones de Ottawa sobre el presunto vínculo de Nueva Delhi con el asesinato del líder sij Hardeep Singh Nijjar en suelo canadiense.

El lunes 18 de septiembre, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, expulsó de su país al jefe de la inteligencia india como consecuencia de los señalamientos contra la Administración de Modi.

«El alto comisionado de Canadá en la India fue convocado hoy e informado sobre la decisión del Gobierno de la India de expulsar a un alto cargo diplomático canadiense», indicó el Ministerio de Exteriores del país asiático en un comunicado, sin mencionar la identidad de la persona expulsada.

Nuevo golpe en las relaciones diplomáticas entre India y Canadá. Los dos gobiernos cruzaron acusaciones y expulsaron funcionarios de ambos países.

La Administración del primer ministro Narendra Modi ordenó este 19 de septiembre la expulsión de un alto diplomático canadiense, en respuesta a las acusaciones de Ottawa sobre el presunto vínculo de Nueva Delhi con el asesinato del líder sij Hardeep Singh Nijjar en suelo canadiense.

El lunes 18 de septiembre, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, expulsó de su país al jefe de la inteligencia india como consecuencia de los señalamientos contra la Administración de Modi.

«El alto comisionado de Canadá en la India fue convocado hoy e informado sobre la decisión del Gobierno de la India de expulsar a un alto cargo diplomático canadiense», indicó el Ministerio de Exteriores del país asiático en un comunicado, sin mencionar la identidad de la persona expulsada.

El movimiento Jalistán está prohibido en India y es considerado como una amenaza a la seguridad nacional. El movimiento todavía cuenta con cierto apoyo en el norte de la India y en países con grandes comunidades sij como Canadá y el Reino Unido debido a la diáspora tras una insurgencia sij que fue reprimida en la India en la década de 1990 y causó la muerte de 30.000 personas.

Nijjar, el líder sij asesinado, proponía un referendo no oficial en Jalistán para buscar un estado sij independiente de Nueva Delhi. Por lo que, las autoridades indias anunciaron el año pasado una recompensa por información que condujera al arresto de Nijjar, acusándolo de estar involucrado en un presunto ataque a un sacerdote hindú en India.

La Organización Mundial Sikh de Canadá reconocía a Nijjar como un partidario abierto de Jalistán que “a menudo encabezó protestas pacíficas contra la violación de los derechos humanos que tiene lugar activamente en la India y en apoyo de Jalistán”. Y la organización, así como la comunidad sij, estaban preocupados por la seguridad de Niijar.

El abogado de Niijar, Gurpatwant Singh Pannun, afirmó que funcionarios de inteligencia canadienses advirtieron a Niijar que sería blanco de asesinato por parte de “mercenarios” antes de ser asesinado a tiros.

Canadá tiene la mayor población de sijs fuera de su estado natal de Punjab en la India, y el país ha sido escenario de muchas manifestaciones que han irritado a Narendra Modi.

Canadá también alberga una de las mayores comunidades de origen indio en el extranjero, que suman alrededor de 1,4 millones de una población canadiense total de 40 millones. Alrededor de 770.000 personas declararon que el sijismo era su religión en el censo de 2021.

Debido a esa riqueza cultural, el Gobierno canadiense toma el caso del asesinato de Niijar como un asunto que amenaza al multiculturalismo que existe en el país.

Janice Stein, politóloga y experta en relaciones internacionales de la Universidad de Toronto, recalcó a la agencia de noticias británica The Associated Press (AP) la importancia del respeto a las comunidades diversas en Canadá.

En la misma línea, el Gobierno canadiense justificó las investigaciones por la muerte del sij indio como una defensa a la libertad de expresión, la libertad de conciencia y la libertad de manifestarse pacíficamente.