Hernán Cortés visto sin nacionalismos
El escritor Alejandro Rosas conversó en redes sociales sobre la historia del conquistador
Por Cristóbal Torres
México, 14 de abril (Notimex).— El divulgador y escritor Alejandro Rosas encabezó en redes sociales la charla «Las conquistas de Hernán Cortés», lo cual para él fue una oportunidad de hacer “un oasis histórico que ayude a respirar” de noticias relacionadas con la actual situación sanitaria.
En el marco de las actividades de Planeta de Libros para quedarse en casa leyendo, estimó que la peor pandemia que ha ocurrido en los últimos tiempos fue la influenza española en 1918; pero resaltó que la actual contingencia es un hecho sin precedente histórico porque “nunca ha pasado que todo el mundo se encerrara en el mismo momento”.
El autor de Las caras ocultas de Hernán Cortés mencionó que el libro nació después de la serie televisiva: “la productora me buscó para hacer un libro que complementara la historia de Cortés”, añadió que la hizo como a él le gustaría haber realizado la trama. Aclaró que las series históricas, igual que las novelas históricas, están plagadas de licencias por lo que no se pueden considerar fuentes, “sólo sirven para motivar” y recomendó acercarse a ensayos históricos.
Consideró que Cortés es uno de los personajes más maltratados de la historia porque “no hemos podido entender que la historia es la reconstrucción de hechos; es imposible perseguir la verdad histórica porque es interpretación”. Advirtió que cualquier historiador que asegure tener una verdad histórica no es de fiar porque “no hay manera de comprobar que se dijeron o cómo actuaron”.
Con una amplia capacidad de narración y una facilidad para recordar fechas, Rosas explicó cronológicamente la historia de los restos de Hernán Cortés, “una vez muerto tuvo cerca de 10 entierros y nueve exhumaciones; desde que muere en 1947 pasó tres siglos de peregrinaje”. Matizando su narración con leves toques de ironía, la transmisión superó los 160 visitantes y más de medio centenar de preguntas que Rosas no alcanzó a responder en su totalidad.
Para finalizar, el escritor respondió una pregunta sobre el penacho de Moctezuma: “es imposible que Moctezuma se hubiera puesto esa madre (sic); se hubiera ido para adelante o para atrás», por lo que ese penacho nunca lo usó; fue un regalo para tratar que Cortés se fuera, “soy de la idea de que se quede allá” (refiriéndose a Viena, Austria); y negó que fuera un símbolo de nacionalismo, “fue un regalo de Moctezuma, como diría mi abuela, lo que se regala ya no se pide”.