Hacer ayuno, no es solo dejar de comer alimentos, es dejar los vicios
Durante la homilía de este miércoles de ceniza, el párroco de San José Marco Antonio Padilla Aguilar pidió a la feligresía tomar estos días como un símbolo de preparación
Yaneth Ortega Jiménez
Fue este Miércoles de Ceniza, en la Parroquia de San José en la capital del estado, donde el párroco, Marco Antonio Padilla Aguilar, en su homilía ante la feligresía, destacó que hacer ayuno, no es solo dejar de comer alimentos, sino también dejar vicios.
En este tenor, destacó que estos días, se deben preparar para vivir la Semana Santa, ya que el objetivo, es hacer cambios en la vida y que, así como Jesús resucita de la muerte, así la feligresía debe regresar a la vida, “por ello en estos días, no es solo dejar de comer carne o alimentos, sino es dejar de fumar, de beber, de ver televisión o andar en el chisme, es vivir en armonía, en paz, entregado a Dios”, dijo.
Al mismo tiempo, hizo la invitación a la comunidad a que sigan visitando este espacio que en próximos días será Santuario, “este Santuario será un signo tangible de esperanza que nos ayudará a fortalecer la confianza en Dios, como San José… Encomendamos y confiamos al cuidado de San José, Esposo de María, las familias, la dignidad de la mujer, los trabajadores, los migrantes, las vocaciones sacerdotales, la vida y el amor.’
No dejó de lado, que estos días son para reflexionar lo que se ha hecho bien y mal, y retomar el camino correcto, de acuerdo a como lo marca la ley de Dios, además de asistir a las celebraciones eucarísticas, confesarse y comulgar.
“En este inicio de la Cuaresma, pedimos a Dios que nos guíe por el camino de la conversión y la reflexión. Ayudándonos a ser humildes y a reconocer nuestras faltas, para que, con su ayuda, podamos renovarnos y acercarnos más a Él”, dijo.
Al final de la celebración, se continúo con la imposición de la ceniza a los feligreses que se encontraban en el recinto religioso.
Hay que hacer mención que donde se observaron largas filas de personas en espera de la imposición de la Ceniza fue en la Basílica de la Misericordia, ubicada en Apizaco.