Opinión

Gobiernos de Usos y Costumbres provocan actos humillantes y degradantes


El Peregrino // Por: Abel Flores

El pasado 15 de abril, poco más de 300 habitantes de San Pedro Tlalcuapan del municipio de Chiautempan retuvieron a Alfredo N. al que acusaron de robar en un domicilio particular, lo golpearon, lo ataron con una soga y luego le prendieron fuego.

La policía estatal intentó rescatarlo, pero vecinos lo impidieron, azuzados por el propio presidente de comunidad Saúl N. y el Tiaxca de la región Raymundo N quien ya se encuentran en prisión en espera de que se resuelva su situación legal.

La movilización de la gente y la acusación contra Alfredo B, se originaron al repique de campanas y en grupos de mensajería telefónica, en los que se advertía que un delincuente se encontraba en el pueblo y habría que darle un escarmiento.

Minutos después comenzó la pesadilla para este sujeto, pues lo ataron del cuello con una soga y lo arrastraron por diversas calles de la ciudad, lo escupieron, lo golpearon hasta dejarlo casi agónico; luego alguien gritó, “traigan gasolina”, y el pueblo regido por Usos y Costumbres decidió prenderle fuego, aún con vida.

Su infierno duró poco más de 10 minutos, el 80 por ciento de su cuerpo presentaba quemaduras de tercer grado, para cuando las autoridades y trataron de rescatarlo el hombre ya había fallecido de una forma cruel y trágica.

Qué llevó a este hombre a robar, eso nunca lo sabremos…la justicia colectiva decidió su destino, sin que el acusado tuviera un defensor y que contara con la oportunidad de ofrecer pruebas o ser escuchados sus motivos. La turba manipulable obedecía cada palabra del tiaxca y del presidente de comunidad, pues su gobierno de Usos y Costumbres así lo determina.

La masa erigida como “jueces y jurados” en su distorsionada visión resolvió que ese día Alfredo debía morir a manos del pueblo justiciero…

Después de aquella barbarie, familiares de Saúl N y Raymundo N exigen a las autoridades judiciales que libere a los detenidos y que se respete su forma de gobierno que es de Usos y Costumbres.

Son preocupantes estas formas de gobierno, pues si bien es cierto que las tradiciones de las localidades se deben preservar, como es el uso de la lengua indígena, hay otras más que ya no tienen que existir, como aquellas que actúan de manera negativa en la vida de los demás sectores sociales.

La forma de gobierno de Usos y Costumbres se encuentra supeditado a nuestra Constitución Política que en su artículo Segundo que refiere que el reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas se hará en las constituciones y leyes de las entidades federales, a las que DEBERÁN TOMAR EN CUENTA.

Hoy, los habitantes de Tlalcuapan utilizan los Usos y Costumbres para justificar su actuar criminal e impedir que la justicia pueda castigar sus actos, argumentando que no se debe interferir con sus costumbres, nada más falso, retrograda e hipócrita, pues con esos dichos lo que pretenden es que en Tlaxcala reine la anarquía, y eso no va a hacer posible, pues los gobiernos erigidos constitucionalmente no se los van permitir.