Evolución o involución ¿qué ha cambiado para las mujeres en el siglo XXI?
Hace 23 años, Mara fue una de las primeras víctimas de feminicidio de este siglo en Tlaxcala, ahora fue Fernanda; ¿sigue siendo lo mismo para ellas a pesar de los años?
Hace 23 años Marina, Mara como la conocían sus amigos, fue privada de la vida por su novio, un sujeto que tenía los recursos suficientes para comprar su libertad, como muchos otros, llegando a un acuerdo con la familia y con las autoridades.
El de Mara fue, entonces, uno de los primeros casos de feminicidio en Tlaxcala del siglo XXI (21) y también fue, indudablemente, uno de los primeros casos de feminicidio en la capital, a pesar de que ese delito ni siquiera existía.
Ahora, a casi un cuarto de siglo después, ¿qué ha cambiado? Con todas las leyes aprobadas y el reconocimiento de los delitos hacia las mujeres y sus sanciones, con todos los discursos de “ni una más” y el compromiso de dientes para afuera de las autoridades por erradicar un mal que aqueja al sector femenino desde hace décadas, ¿realmente qué ha cambiado?
La familia de Mara y la de Fernanda se conocen de toda la vida, son vecinos, el sábado se encontraron en el cementerio del pueblo, cuando la familia de Mara iba entrando para enflorar la tumba, la de Fernanda iba saliendo después de sepultarla en el mismo panteón.
Se saludaron unos a otros, se miraron y no hubo más que decir, 23 años después, en el mismo lugar, en condiciones diferentes pero similares. Cuando se encuentran unas personas que ya conocen lo injusta que es la justicia y otras que apenas esperan encontrarla ¿qué se puede decir?
Por mera coincidencia, en el año en que Marina falleció, cuando un sujeto que ya salió de la cárcel le arrebató la vida en su propia casa, Fernanda estaba naciendo y mira que es grande el destino, ambas fallecieron violentadas de la peor manera que puede haber.
23 años, casi un cuarto de siglo, discursos, leyes, palabras y todo, absolutamente todo sigue igual a excepción de que ahora sí, y parándose el cuello, el feminicidio ya se reconoció, ¿y eso qué cambia?… Ya hay penas más severas ¿y eso qué cambia? Si los asesinos no están en la cárcel.
Ya hay más acceso a la justicia ¿deveras? Pues las mujeres siguen viviendo con miedo, siguen viendo a los hombres como una amenaza y ahora, con lo que se ve, con justa razón.
Ya no pueden ir a la escuela o salir con sus amigos sin tener la inseguridad de que pueden ser víctimas de algún delito y no vuelvan a ver a su familia, ni tener un novio, una pareja, un esposo sin que vivan con la preocupación de que si en un momento de celos pueda golpearlas y hasta quitarles la vida. Así, en estos 23 años, ha sido la evolución para las mujeres.