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Control de plagas forestales: métodos y protocolo para su atención

  • Las autoridades consideran que la siguiente información es útil para que los poseedores de predios forestales contribuyan a identificar, reportar y combatir los insectos plaga en los bosques

Por: José Luis Ramírez Romero

Los bosques son ecosistemas que dependen de un equilibrio natural para su preservación.

Sin embargo, los factores climáticos, el manejo inadecuado del bosque, el cambio de uso de suelo, los incendios, el sobrepastoreo, y el cambio de uso de suelo son factores que rompen su equilibrio natural.

Esta circunstancia propicia el crecimiento anormal de las poblaciones de insectos que se convierten en plagas.

El control de estos insectos está regulado por la Norma Oficial Mexicana NOM-019 SEMARNAT 2006, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 23 de julio de 2008.

En esta norma se establecen los lineamientos generales para el tratamiento de infestaciones de especies de cinco géneros de insecto descortezador: Dendroctonus, Ips, Pityophthorus y Phloeosinus para especies de pino y Pseudotsuga y Pseudopityophthorus para especies de encino.

Los métodos para dar tratamiento a los árboles afectados por plagas son de dos tipos: físico-mecánicos y químicos. Empero, también hay tratamientos para sanear arbolado con insectos.

Las autoridades federales consideran que la siguiente información es útil para que los poseedores de predios forestales contribuyan a identificar, reportar y combatir los insectos plaga en los bosques.

MÉTODOS FÍSICO-MECÁNICOS

De acuerdo con la Guía Práctica de Control de Infestaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el primero se conoce como “Derribo, troceo y descortezado”, que implica el retiro del árbol afectado, el corte del fuste o punta del mismo, y el descortezado total de trozas, tocón y de ramas, acompañado de acciones de control de residuos con la quema o enterrado de toda la corteza y ramas infestadas.

El segundo se conoce como “Derribo y extracción inmediata”, que consiste en quitar el arbolado enfermo, y sacarlo de los terrenos forestales, dado el grado de amenaza de la plaga. Se considera exclusivo para algunas especies de Dendroctonus, en específico para aquellas que tienen una generación al año, como Dendroctonus adjunctus y pseudotsugae.

Y el tercero, “Derribo y abandono”, solo se justifica para el control de Dendroctonus adjunctus. No se justifica para el control de especies de Ips, ya que estos insectos continúan su desarrollo en los árboles caídos, que es donde normalmente están cuando no hay condiciones de sequía presentes.

MÉTODOS QUÍMICOS

Según Semarnat, consisten en la remoción y destrucción de los insectos plaga, a través de actividades manuales y mecánicas, así como de la aplicación de químicos.

De modo que, además de actividades de derribo y troceo, se aplica asperjado del fuste con insecticida autorizado, así como en las ramas, lo que está recomendado para todos los géneros de insectos descortezadores.

La aspersión del insecticida se sugiere llevar a cabo inmediatamente después de derribar el arbolado, el cual se debe girar para cubrir la totalidad de la superficie. El árbol y las ramas deben permanecer sin movimiento al menos durante 24 horas a partir de que fue aplicado el insecticida.

El asperjado del tocón, únicamente será necesario cuando en él se observen insectos descortezadores, ya que estos están dentro del tronco y ramas, en desarrollo o en reposo, y podrían emerger y volar hacia nuevos árboles, limitando la eficacia del tratamiento.

En estos métodos se agrega la fumigación, para la cual se cubren las trozas y ramas con plástico PVC calibre 600 o su equivalente, sellando con tierra los costados para evitar el escape del gas fumigante, o fosfuro de aluminio.

El material fumigado deberá permanecer al menos 72 horas cubierto con el plástico, y también se recomienda para prácticamente todas las especies de descortezadores.

Otro método es el descortezado de tocones con evidencia de daños y control de residuos, como parte final de lo establecido en la norma.

Finalmente, la extracción de raíz, abarca la extracción del arbolado afectado con todo y raíz cuando el insecto se encuentra en estado larvario o de pupa, y se aplica al extraer la raíz para combate y control de la especie Dendroctonus rhizophagus.

SANEAMIENTO DE ARBOLES

Las autoridades ambientales han establecido protocolos de saneamiento para sanear árboles con plaga.

Una vez que se completa el proceso administrativo, y se tiene la notificación de saneamiento, los dueños de predios forestales deben seleccionar para marcar, derribar y sanear únicamente el arbolado con plaga en su interior en cualquier estado de desarrollo: adultos atacantes, huevos, larvas, pupas o nuevos adultos que estén por salir.

Por otra parte, el color del follaje de los árboles infestados ofrece elementos para el diagnóstico para ser marcados. El follaje puede ser verde o verde claro, verde amarillento o alimonado, amarillento, amarillento-rojizo o rojizo, pero una característica común en todos los casos es que, en su interior, tienen plagas primarias (huevos, larvas, pupas, juveniles y adultos), por lo que coloquialmente se les conoce como árboles “virulentos”, de ahí que saber identificarlos es de gran trascendencia para la ejecución de un buen saneamiento.

En el caso de los árboles con follaje café gris, árboles con últimos restos de follaje o árboles sin follaje, no se deben marcar para su tratamiento. Estos ya no tienen insectos plaga, sino un gran número de insectos secundarios o asociados, entre ellos, a otras especies de Dendroctonus, depredadores, competidores y saprófagos, entre otros, de modo que en el saneamiento no se deben derribar ni tratar árboles ya abandonados por los insectos.

Por último, para un correcto saneamiento y reducir la población de descortezadores, solo se deben derribar árboles atacados que presenten más de diez grumos. Esto no se logra al derribar un árbol que solo tenga de uno a diez grumos recientes, ya que apenas están siendo identificado por los insectos que están en el aire, por lo que derribarlo sólo resultará un combate contra muy pocos individuos, mientras tanto, los insectos que pudieran haber llegado a este árbol buscarían infestar otro.

El árbol que presenta evidencias recientes y con pocos ataques se debe marcar o etiquetar y esperar tres semanas a que se infeste. Después de ese tiempo, se debe regresar al sitio y de haber comprobado que ha sido infestado masivamente, entonces se procede al derribo y tratamiento correspondientes.