Chismear es un superpoder: la ciencia revela sus beneficios sociales
Descubre los sorprendentes beneficios del chisme en el lugar de trabajo y en la vida diaria.
Vianey Fonseca
El chisme, a menudo considerado como algo negativo o perjudicial, es un fenómeno universal que ha sido objeto de estudio durante décadas.
De acuerdo con investigaciones como la del estudio ‘Positive Effects of Gossiping at Work’ publicada en la revista Open Journal of Medical Psychology, el chisme no solo es inevitable, sino que puede ser una herramienta poderosa para mejorar la productividad y el ambiente laboral, siempre y cuando se utilice de manera adecuada.
¿Qué es el chisme positivo?
El chisme, por definición, es hablar sobre una persona que no está presente, y aunque la mayoría de la gente asocia esta práctica con comentarios negativos o rumores malintencionados, el chisme también puede ser positivo.
Compartir logros, noticias personales agradables o incluso información útil sobre compañeros de trabajo, puede fortalecer los lazos entre empleados y fomentar un ambiente más colaborativo y ameno.
Uno de los beneficios más inmediatos del chisme es su capacidad para aliviar el estrés. Los empleados, al compartir anécdotas o situaciones de otros, pueden liberar tensiones acumuladas por problemas laborales o personales.
Según el estudio mencionado, este tipo de interacción también promueve la cercanía entre compañeros, generando camaradería y confianza, lo que mejora la colaboración.
La psicóloga Tianjun Sun, de la Universidad de Rice, resalta que la conexión social que se genera al compartir información, sea positiva o neutral, crea un lazo entre quienes conversan. Este lazo puede incluso incrementar la apreciación entre compañeros, lo que resulta en una mayor cooperación y sentido de pertenencia en el equipo.
El chisme puede motivar a las personas
Aunque el chisme negativo puede tener un impacto dañino, también puede ser una herramienta que motive a los empleados a mejorar. Por ejemplo, si un trabajador escucha que su desempeño está siendo criticado, puede verse incentivado a esforzarse más para evitar ser el blanco de más comentarios.
En este sentido, el chisme puede funcionar como un catalizador para el cambio y la mejora continua. Según el psicólogo social Robb Willer, el chisme actúa como una herramienta de regulación social en los grupos, ayudando a mantener la cooperación y disuadir comportamientos egoístas.
El simple hecho de saber que otros pueden estar hablando sobre uno mismo puede generar un sentido de responsabilidad y motivar a las personas a comportarse de manera ética y colaborativa.
Riesgos del chisme negativo
A pesar de los beneficios, es importante reconocer que el chisme tiene un lado oscuro. Cuando se permite que el chisme negativo fluya sin control, puede crear un ambiente tóxico.
El chisme malintencionado puede causar desconfianza entre los empleados, dañando la cohesión del equipo. Peor aún, puede convertirse en acoso, afectando el bienestar emocional de los empleados e incluso su desempeño laboral.
Un estudio de la Universidad de Groningen, dirigido por la psicóloga Elena Martinescu, señala que el chisme negativo puede tener efectos significativos en la moral de los empleados, especialmente cuando está destinado a desprestigiar a una persona.
Sin embargo, el estudio también mostró que, en algunos casos, ser el objetivo de chismes negativos puede llevar a la auto-reflexión y a cambios positivos en el comportamiento.
¿Cómo fomentar el chisme positivo en el trabajo?
Dada la complejidad del chisme y su potencial tanto positivo como negativo, es crucial que los empleadores promuevan una cultura de chisme positivo. Esto lo pueden lograr al promover un ambiente de confianza que permita a los empleados compartir información sin temor.
Los espacios informales, como reuniones o pausas para el café, facilita un intercambio constructivo. Además, capacitar sobre la ética del chisme ayuda a reducir sus efectos negativos y potenciar sus beneficios.
¿Hay beneficios del chisme en la vida cotidiana?
Un estudio realizado por el psicólogo social Terence Dores Cruz en la Universidad Libre de Ámsterdam reveló que la mayoría del chisme en la vida cotidiana no es ni positivo ni negativo, sino simplemente informativo.
Cruz pidió a más de 300 personas que registraran la información que escuchaban o compartían sobre terceros a lo largo de 10 días, y descubrió que la mayoría de estas conversaciones eran neutrales, como noticias personales o laborales.
Uno de los mayores beneficios del chisme es que ayuda a las personas a comprender mejor el comportamiento de los demás.
Por ejemplo, si un empleado escucha que un compañero está pasando por una situación difícil en su vida personal, es probable que sea más comprensivo y menos crítico. En algunos casos, incluso puede ofrecer ayuda o apoyo, lo que fortalece las relaciones laborales.
El chisme, lejos de ser solo una fuente de rumores malintencionados, puede jugar un papel importante en la dinámica social y profesional de un equipo. Si se utiliza de manera constructiva, el chisme puede aliviar el estrés, fomentar la cooperación, motivar a los empleados a mejorar y fortalecer los lazos entre compañeros.
Al final, lo que importa no es solo lo que se dice, sino cómo se dice y con qué intención.
FUENTE: EXCELSIOR