China anuncia misión tripulada y la ampliación de su estación espacial
El día de hoy la Agencia Espacial de Misiones Tripuladas de China (CMSA, siglas en inglés) anunció que mañana 25 de octubre se llevará a cabo el lanzamiento de la nueva misión tripulada Shenzhou-17, además de la expansión de su estación espacial Tiangong con un nuevo módulo.
Actualmente su estación espacial se asemeja a una «T», y con la incorporación de su nuevo módulo pasará a tener una forma en «cruz», informó este miércoles la agencia oficial Xinhua.
Este módulo de extensión está diseñado para mejorar y ampliar la capacidad de la Tiangong, o «Palacio Celestial», ya que no solo proporcionará espacio adicional para experimentos científicos, según la CMSA, sino que también ofrecerá equipos para experimentos extravehiculares en una variedad de campos.
«Esto permitirá una mayor flexibilidad y la capacidad de abordar nuevas necesidades en la investigación y las aplicaciones de ciencias espaciales», afirmó Lin Xiqiang, director adjunto de la CMSA.
Además, se confirmó que el lanzamiento de la misión espacial tripulada Shenzhou-17 está programado para este jueves a las 11:14 hora local (03:14 GMT).
Esta será la 30ª misión de vuelo del programa espacial tripulado de China y la 12ª misión tripulada en total.
La nave espacial llevará a tres «taikonautas» (como se conoce a los astronautas chinos): Tang Hongbo, Tang Shengjiey Jiang Xinlin, quienes permanecerán en órbita en la Tiangong durante aproximadamente seis meses.
Es probable que la Tiangong, que operará durante unos diez años, se convierta a partir de 2024 en la única estación espacial del mundo si la Estación Espacial Internacional, una iniciativa encabezada por Estados Unidos y a la que China tiene vetado el acceso por los lazos militares de su programa espacial, se retira ese año tal y como está previsto.
China ha invertido fuertemente en su programa espacial y ha conseguido alunizar la sonda Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna -primera vez que se logra- y llegar por primera vez a Marte, convirtiéndose en el tercer país -tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética- en «amartizar».