Contaminación del río Atoyac afecta a 2 millones de personas
- Es considerado el segundo más contaminado del país; El Coltlax advierte los efectos socio-ambientales de la polución en Tepetitla
Por José Luis Ramírez Romero
Desde 2005, las autoridades sabían que los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales al Río Atoyac, previstos en la Norma Oficial Mexicana (NOM), son insuficientes para estimar su grado de polución.
Se estima que 75% de los municipios tlaxcaltecas circunvecinos al río descargan en él sus aguas residuales sin ningún permiso.
Actualmente, este río es uno de los más contaminados del país, y algunas investigaciones calculan que más de dos millones de personas han resultado afectadas por esta situación.
Al documentar la historia de la contaminación del Río Atoyac en la frontera de Tlaxcala con Puebla, particularmente en la comunidad de San Mateo Ayecac, como parte del libro “Río Atoyac. Hacia una Gestión Integral de una Problemática Multifactorial”, la investigadora de El Colegio de Tlaxcala (Coltlax), María de Lourdes Hernández-Rodríguez, identificó que este afluente es la principal fuente de abastecimiento para los municipios hortícolas al sur tlaxcalteca, ente los que destaca Tepetitla, donde se asientan las industrias maquiladora-textil y de teñido de mezclilla desde la década de 1980.
Al citar el trabajo de diversos investigadores, expuso que las descargas de agua residual pintan al río de azul, verde, amarillo, rojo y negro, lo que, sumado a las descargas público-urbanas, ha ocasionado que este afluente sea considerado por la Comisión Nacional del Agua, así como por activistas sociales, población local y académicos “como el principal causante de problemas de salud humana, reconociéndolo como el segundo río más contaminado de México”.
En este sentido, existe evidencia de que, cuando estas aguas atraviesan el Estado de Tlaxcala, “llevan en el cauce sustancias genotóxicas para la salud humana y ambiental”, y que el problema que ocasiona esta contaminación es provocado por las descargas de origen industrial y doméstico.
Además, el impacto de la polución se identifica en dos grupos; el de la población local, entre la cual hay casos de enfermedades como cáncer, problemas renales, deficiencia en el desarrollo del tubo neural, afectación de la médula ósea e infecciones gastrointestinales ; y el de los productores agrícolas, quienes manifiestan daños a su salud, como enfermedades dermatológicas, o afectaciones a sus cultivos, cuando el agua del río se utiliza para la producción de alfalfa, hortalizas, leguminosas y maíz.
Tales incidentes provocaron que, en 2017, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitiera la Recomendación 10/2017 en materia de violación a los derechos humanos y a un medio ambiente sano, al saneamiento del agua y acceso a la información con relación a la contaminación del río Atoyac.
Existen estudios que advierten que, desde hace 17 años, las autoridades tenían conocimiento que, aún con el cumplimiento de la NOM-001-SEMARNAT-1996, y posteriormente con el establecimiento de la Declaratoria de Clasificación de los ríos Atoyac y Xochiac en 2011, “los límites máximos permisibles de descargas fijados no son suficientes para estimar el grado de contaminación del Atoyac”.
En 2015, por ejemplo, varias empresas instaladas en la ribera del río a la altura de los municipios de San Martín Texmelucan, en Puebla, y Tepetitla, en Tlaxcala, fueron clausuradas por autoridades federales al demostrarse que “los residuos que vertían al Atoyac reportaron presencia de meticilina, tolueno y cloroformo”, agentes que dañan el ADN y que podrían ser causantes de la tasa de mortalidad regional por leucemia.
Para marzo del 2021, algunos investigadores encontraron que el Índice de Contaminación del Agua (ICA) indicaba niveles de baja calidad, debido a los altos niveles de contaminación del agua, lo que hacía inaceptable su uso “para fines tanto de abastecimiento público como recreativo, e incluso como hábitat de especies acuícolas sensibles”. Además, los parámetros implicaban la necesidad de tratamiento mayor para los usos agrícola e industrial, originando con ello conflictos hídricos.
Por ello, se estima que en la región hay “más de 2 millones de personas afectadas por la contaminación del Atoyac”.
En el caso del municipio de Tepetitla, donde se ubica la comunidad de San Mateo Ayecac, “la contaminación del agua también se manifiesta como la principal causa de los problemas socioambientales que se viven en la ribera de las comunidades rurales del Atoyac, en donde aguas residuales de origen doméstico e industrial se incorporan a su cauce”.
Y es que dichas aguas “se vierten a arroyos y barrancas sin tratamiento previo, mezclándose con el agua limpia de pequeños manantiales que intoxican no solo el cauce del río, sino también el suelo y subsuelo, afectando directamente a la salud de la población y a la producción de los cultivos agrícolas”.
Lamentablemente, en esa localidad, “la población observa todos los días la contaminación del río; sin embargo, en general no tienen certeza del origen y consecuencias que para ellos tiene dicho fenómeno”.