PRD: el malabarista sin público
Y es que, en las últimas semanas, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en su intento por querer ganar simpatizantes y hacer creer a los tlaxcaltecas que es una oposición real, se ha dedicado, a través de su dirigente estatal, Julio César Pérez González, a lanzar golpes sin sentido al actual gobierno, quedando en ridículo y como coloquialmente se dice: como un malabarista sin un público que le aplauda.
Su mala estrategia de comunicación, ahora encabezada por pseudo comunicadores del Clan “Fernández” y la empresa “Inventiva”, la misma que le redactó los discursos fusilados de la televisión a Tomás Orea en Zacatelco, y la misma que planeó toda la faramalla de Miguel Ángel Covarrubias, pretende que llevando la contraria al partido en el poder ganará fama y aceptación.
Lo cierto es que todos los tlaxcaltecas saben de los antecedentes de quienes, por parte del sol Azteca, han ocupado un cargo público y saben también los resultados que han dejado, y para muestra el mismo Tomás Orea como presidente municipal de Zacatelco, o José Isabel Badillo, en Xicohtzinco.
Sumado a esto, en el PRD solo hay dos actores que deben llevar la función, por un lado, el propio dirigente, y por otro lado Juan Manuel Cambrón, quien ya sabe cómo dirigirse y tiene que salir a salvar a su partido cada vez que se le necesita, pero, aun así, Julio César Pérez tiene que hacerla de vez en cuando de “salvador” y grabar videos o emitir comunicados con guiones sacados de la imaginación de su equipo, por cierto también unos inexpertos.
El visiblemente manipulable dirigente del PRD se ha atrevido a pronunciar un posicionamiento sobre la inseguridad en la región sur, sin tomar en cuenta que uno de sus alcaldes está ahí, y que tiene la presidencia municipal cerrada por problemas heredados con su pueblo por otro perredista; nuevamente Xicohtzinco actualmente con Luis Ángel Barroso.
También opinó sobre los resultados de la consulta popular del 10 de abril, pero no tuvo el valor de convocar a sus simpatizantes a pronunciarse en contra, pues sabe bien que de hacerlo quizás y hasta se burlarían de él.
Y lo más reciente, pidió la salida del encargado del despacho de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Maximino Hernández, sin tomar en consideración que cuando ha habido conflictos en municipios que gobierna el PRD ha sido Max Hernández quien envía a las fuerzas del Estado para proteger a las autoridades.
Además, no debe pasar por alto el conflicto en Mazatecochco, desde las elecciones de junio del año pasado, y que fue originado por el excandidato del PRD, Mario Quixtiano, manteniendo cerrada a la fecha la presidencia municipal.
Pero no hay que olvidar que un alcalde perredista, del que no quiero decir nombre, pero es Armando, de Tlaxco, no puede a la fecha contener la inseguridad en su demarcación, lamentablemente resultado de esa inseguridad y poca capacidad, su director de obras públicas fue asesinado hace poco en calles céntricas.
No cabe duda de que Julio César Pérez quiere llamar la atención a toda costa, hacer malabares para que todos lo volteen a ver, pero no se da cuenta de que, así como el PRD tuvo sus días de gloria, ahora pasa por una etapa decadente de la que quizás no se levantará, y en Tlaxcala, con su actitud, mucho menos lo logrará.