Optometristas a domicilio ponen en riesgo a ciudadanos
- Durante la pandemia se ha visto que ópticas, principalmente, realizan consultas en casas, pero se detectó que no desinfectan sus instrumentos y los optometristas no acuden con la debida protección
Empresas y negocios que ofrecen servicios de salud de los ojos durante esta pandemia, ponen en riesgo a la ciudadanía al asistir a sus hogares para realizar pruebas o diagnósticos y no tomar en cuenta, de manera correcta, las medidas sanitarias vigentes.
Durante los últimos 10 meses, negocios como las ópticas, entre otros, han visto mermados sus ingresos económicos hasta en más de un 50 por ciento (%), lo que ha provocado que, haciendo uso de las redes sociales, busquen atraer clientes y consumidores llevando sus servicios a domicilio.
Sin embargo, se ha notado que cuando los especialistas o técnicos acuden a las casas para realizar los exámenes de la vista, no llevan el equipo ni los aditamentos necesarios para procurar la salud de las personas, pues en un día recorren hasta 10 domicilios sin tomar en cuenta que pueden contagiarse y contagiar a las demás personas de coronavirus.
Lo anterior fue observado en el municipio de Zacatelco, donde quienes se dijeron empleados de una empresa de servicios de optometría recorrerá varias calles buscando y atendiendo citas programadas, pero solo portando un cubrebocas, que no es del todo seguro.
Señalaron que durante la semana recorrerán varias calles de la cabecera municipal atendiendo la agenda, y que viajan en transporte público desde varios puntos del Estado, luego tienen que llegar a la sucursal para entregar todos los pedidos y al siguiente día tienen la misma rutina, con la diferencia de que volverán con sus clientes para entregar los encargos.
Al realizar todo este trabajo sólo llevan consigo un cubrebocas, para atender a las personas en muchas ocasiones no se aplican gel antibacterial ni desinfectan sus instrumentos de trabajo, como el armazón de pruebas o lentillas que colocan en la cara y ojos de los pacientes.
Además, ellos no utilizan guantes ni careta que dé seguridad a las personas que atienden, y mucho menos que garanticen que las posibilidades de transmitir el SARS CoV-2 son muy pocas, pues derivado de su ritmo de trabajo, es posible que tengan contacto con personas infectadas que aún no presentan síntomas o asintomáticas.