Municipios

Por cierre de panteón, convocan en Ixtenco a dejar flores en la puerta

Este año no podrán enflorar las tumbas de sus familiares, pero tienen la intención de llenar la entrada con dedicatorias, veladoras y arreglos florales

Con motivo del cierre de los panteones durante la temporada de muertos en el municipio de Ixtenco, derivado de la pandemia por el coronavirus, ciudadanos de aquella demarcación han convocado a colocar veladoras y arreglos florales en la parte exterior del camposanto.

Argumentando que este año no podrán enflorar las tumbas de sus seres queridos, los ixtenquenses tienen la intención de llenar el exterior de la barda perimetral con dedicatorias a sus familiares fallecidos; este 2020 las condiciones sanitarias no hacen posible el ingreso de personas al cementerio.

Desde hace unos días, cuando el ayuntamiento que encabeza el alcalde, Miguel Ángel Caballero Yonca, dio a conocer que para estas fechas el antiguo panteón municipal no sería abierto, la ciudadanía lo vio de manera positiva y aceptó las restricciones, sin embargo, hubo a quienes sí les afectará no celebrar a sus difuntos.

Fue así como colocaron arreglos florales en la puerta desde el 28 de octubre, dejando abierta la invitación para que el próximo primero de noviembre la acción sea masiva y, de este modo, el pueblo otomí viva en comunidad la fiesta de los muertos.

A través de una publicación vía Facebook, los habitantes de Ixtenco recordaron que en 1918 no pudo celebrarse el Día de Muertos en los panteones, tal como sucede actualmente, en esa ocasión por la pandemia de gripe española que comenzaba a causar estragos en el país.

“Hoy nuevamente la humanidad está viviendo una epidemia que le ha quitado la vida a cientos de miles de personas en todo el mundo, pero esta infección no debe ser motivo para desarraigarnos de nuestro pasado y dejar de vivir nuestras tradiciones”, dice el escrito publicado en las redes sociales.

Por eso y recordando que el pueblo de San Juan Ixtenco es uno de los que más ha conservado su identidad desde la época prehispánica, vieron en esta alternativa una opción para mantener vivas sus costumbres más representativas.

Sin embargo y pese a la intención de no dejar de lado la tradición de llevar flores a los panteones, solicitaron que quien lo haga sea responsable y cuide su salud y la de los demás, utilizando cubrebocas en todo momento y conservando la sana distancia entre personas.