Mujeres quieren que la iglesia las escuche: Párroco de San José
Los actos de vandalismo hacia el templo son un claro llamado de ayuda para aliviar el dolor que cargan, dijo el sacerdote de la capital; no habrá denuncias ni investigaciones
Las mujeres de Tlaxcala quieren que la iglesia las escuche, pues con sus manifestaciones expresan su necesidad de aliviar el dolor que cargan, señaló Marco Antonio Padilla, párroco de la iglesia de San José, en la capital.
Los actos de vandalismo que mujeres que se manifestaron el 8 de marzo dejaron en el templo católico, son un claro llamado de ayuda, es decir que las mujeres necesitan ser escuchadas por la iglesia católica para aliviar sus aflicciones y encontrar consuelo a sus súplicas.
“Es una expresión de la realidad que vivimos; esas pintas que hicieron es el dolor de ellas, y piden a la iglesia, o sea no la ofenden, piden a la iglesia, ¿qué están haciendo por nosotros?, ¿qué hace la iglesia por nosotros”, dijo el presbítero.
Por eso, el sacerdote invitó a todas a participar a la peregrinación a favor de la mujer que se llevará a cabo el próximo 26 de marzo en la comunidad de Santo Toribio Xicohtzinco a partir de las 9 de la mañana, para que sanen su alma ante Dios.
A pocos días de convertirse en un Santuario Diocesano, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cientos de mujeres declaradas feministas vandalizaron con pintas el templo. Tras los daños, el párroco descartó la presentación de alguna denuncia.
El pasado sábado, al concluir la marcha pacífica que protagonizaron cientos de mujeres en la capital tlaxcalteca para conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, arribó un contingente de mujeres encapuchadas que directamente se dedicó a realizar pintas en la fachada del edificio católico.
Entre el vandalismo, grafitearon el muro del costado izquierdo. Pintaron leyendas como “Ni una más”, y “Cuna de trata”, en referencia a la práctica del delito de trata de personas con fines de explotación sexual identificada en diferentes municipios de la entidad.
Las mujeres, quienes sustentan sus actos en el rechazo de la violencia contra las mujeres, también arrojaron pintura roja sobre los muros y cruces de cantera que rodean al recinto religioso con la intención de simular sangre derramada.
El sacerdote, por el contrario, subrayó que interpreta las pintas como un grito de auxilio por parte de las mujeres hacia la iglesia católica.
“No habrá ninguna acción legal; al contrario, es una actitud de reconocer y saber que estamos viviendo una situación de dolor y de tristeza. Comprendemos su dolor y su tristeza y esto nos debe motivar para trabajar más en la evangelización”, apuntó.
“Desde la iglesia, desde nuestra trinchera como católicos necesitamos más evangelización en las familias porque es una expresión de la realidad que hoy vivimos”, indicó.