OpiniónPORTADA

Ya ni el deporte es seguro

Mujeres y niños tuvieron que correr para esconderse de un tipo que accionó una pistola cuando los ánimos de un partido de fútbol se calentaron; van dos semanas consecutivas con altercados

“Hagan deporte para que se alejen de malas influencias”, decían, y tal vez funcionó en algún tiempo hasta que algunos se dieron cuenta que no solo podría utilizarse para alejarse de las malas personas, sino que se podía ser la mala persona desde el deporte.

Imagínese usted que lleva a sus hijos, a sus sobrinos o algún niño de la familia y de pronto tiene que correr para protegerlo de la violencia que ya se desató en la cancha, y peor aun cuando esa violencia escala a tal punto que tiene que protegerlos no solo de posibles golpes, sino de una bala perdida.

Y es que así ocurrió ayer en la unidad deportiva de Nopalucan, cuando la agresión entre miembros de dos equipos de fútbol se tornó más que peligrosa, cuando un sujeto entró al campo a repartir golpes y balas a quien le cayeran.

Fueron al menos cuatro disparos, lo que bastó para que mujeres y niños se resguardaran detrás de una pared que también sirve para proteger a los asistentes de la caída de las gradas.

Los hombres se quedaron de pie observando el pleito, aunque también arriesgándose a ser lesionados por el sujeto que vaya usted a saber si estaba sobrio o al menos consciente de lo que hacía, mientras que en la cancha no les quedó otra más que esperar a salir bien librados.

No es la primera vez que esto ocurre en los campos de juego, de hecho, es una constante que llevó a decretar la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas en las canchas deportivas, decreto que por cierto nadie respeta, empezando por las autoridades municipales.

Pero se ha ido normalizando al grado de que en dos semanas se registraron tres sucesos similares, el primero en Contla, que dejó una persona lesionada, y ayer en Nopalucan y Apizaco que de manera afortunada solo quedaron en los golpes y los disparos al aire.

El deporte, en Tlaxcala, ya no es seguro, y así como van las cosas la policía tendrá que vigilar cada evento, cada partido, cada cancha y unidad deportiva porque tal parece que las personas que participan en los clubes y los torneos ya no practican deporte para alejarse de los vicios y las malas compañías, sino que ahí los adquieren. 

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