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Por inicio de clases incrementan precios de computadoras y tabletas usadas

Nuevamente las casas de empeño hicieron su “agosto”, aumentaron hasta el 60% los costos de artículos electrónicos que los estudiantes utilizarán para sus clases y tareas virtuales

Por el inicio de las clases virtuales para el nivel básico y medio superior en Tlaxcala, los costos de computadoras, tabletas electrónicas y teléfonos celulares de uso, incrementaron considerablemente en algunos establecimientos durante la última quincena.

Las casas de empeño fueron más solicitadas, siendo estas quienes sacaron provecho a la hora de comercializar estos artículos, pues considerando que son productos de segunda mano, muchos consumidores dieron por hecho que los costos serían más bajos.

La realidad alcanzó a los tlaxcaltecas al darse cuenta de que, así como incrementó la demanda, también subieron los precios, y en algunas sucursales los importes por aquellos artículos acrecentaron hasta en un 60 por ciento (%).

En la mayoría de estos establecimientos, donde venden electrónicos usados, pero en buen estado, los precios de las computadoras, teléfonos celulares y tabletas era similar a los de productos nuevos, es decir, se aprovecharon de la necesidad de las personas para ofrecer productos sin garantía a precios excesivos.

Es la segunda ocasión que esto ocurre, la primera vez sucedió en marzo, cuando las autoridades educativas anunciaron el programa de educación a distancia y cuando algunas escuelas decidieron implementar sus propios métodos, a través de clases en línea, por videos en vivo o entregando tareas digitales.

La necesidad de tener los medios para que niños y jóvenes cumplan puntualmente con las exigencias de los nuevos programas educativos obligó a los padres de familia a desembolsar cantidades que, de haber sido conscientes y aplicar el método de comparación de precios, no hubieran sido necesarias.

En municipios como Zacatelco, Papalotla, Nativitas, Tlaxcala y Chiautempan, las computadoras usadas, de modelos atrasados y con poca capacidad de memoria interna, costaron los mismo que algunos equipos nuevos, lo mismo pasó con aquellas de modelos recientes, mayor capacidad de memoria y procesamiento de datos.

Las casas de empeño vendieron tabletas electrónicas y celulares como si fueran nuevos, sin garantía y exponiendo a que no le sirvan al consumidor igual que un utrículo adquirido en una tienda especializada en ese tipo de productos.

Al final, los tlaxcaltecas tuvieron la última palabra, aunque es de reconocer que muchos se dejaron llevar por las prisas y la necesidad de ver estudiar a sus hijos los hizo tomar decisiones precipitadas.