Restauración de Niños Dios oficio que perdura: Tomás Reyes Vázquez
- El artesano de la comunidad de Tlatempan comentó que lleva más de 40 años realizando este oficio, que es herencia de varias generaciones
Valentín León Cuamatzi
Debido a la llegada del Día de la Candelaria este 2 de febrero, varias personas acuden a los talleres de restauración de los Niños Dios para reparar sus imágenes religiosas y un restaurador muy reconocido es don Tomás Reyes Vázquez, artesano de la comunidad de Tlatempan, Apetatitlán, quien comentó que lleva más de 40 años realizando este oficio, que es herencia de varias generaciones.
En entrevista para ABC Tlaxcala, Reyes Vázquez, comentó que “este oficio lo he realizado desde que tenía 10 años de edad, ayudábamos al papá y junto con mis hermanos nos íbamos a trabajar con él, tantito con él y tantito con el abuelito al campo, y en el caso de la restauración de los Niños Dios, por lo regular tardo una semana, dependiendo que tan deteriorado esté el Niño Dios, porque se pegan las partes que hacen falta y se tiene que esperar a que se seque, o se hacen los deditos del Niños Dios y nuevamente hay que volver a retocarlos para que las imágenes queden lo más que se puede y como el cliente lo pida”.
Agregó que “porque hay que ver los detallitos y volver a pintar y esperar a que se seque y ya después imitar el color que trae la figura, porque hay Niños Dios morenitos, y los hay más blanquitos y se tiene que igualar el tono, porque siempre pasa que los clientes traen sus Niños Dios dos o tres días antes del 2 de febrero y quieren se les entregue el 2 de la candelaria y la verdad se satura un poco el trabajo, pero trabajamos horas extras para poder cumplir con nuestros clientes”.
Refirió que “el costo de la restauración de los Niños Dios depende del tamaño de la imagen un Niño Dios grande el trabajo cuesta 250 a 350 pesos, dependiendo de que, tan maltratado venga y a veces la gente no compra un nuevo porque casi viene costando igual que la restauración, porque tiene valor sentimental, porque es de la abuelita o de la mamá y prefieren pagar la restauración”.
Indicó que “por la temporada, también reparo máscaras de huehues, y esto si lo hago con un poco más de tiempo, porque lo clientes traen sus máscaras desde medio año antes para que se les realice un buen trabajo y afortunadamente mis clientes ya conocen mi trabajo y hasta me recomiendan, es por eso que me llegan varias máscaras para repararlas, además la restauración de una máscara tiene un promedio de mil 500 pesos y la gente prefiere reparar su máscara porque una nueva cuenta cinco o seis mil pesos dependiendo de los detalles”.
Finalmente, Reyes Vázquez dijo que cualquier persona que quiera reparar su máscara lo pueden encontrar en su taller de escultura denominado: “La Cruz”, en calle Nazareth número 56 de la comunidad de Tlatempan, Apetatitlán.