OpiniónPORTADA

¿Quién es el mentiroso?

  • El ayuntamiento de Zacatelco dijo que sus policías actuaron casi de manera heroica y conforme a los protocolos para atender el conflicto del sábado, evitando el linchamiento de supuestos ladrones; el secretario de seguridad del estado dijo que los municipales ni siquiera llegaron

En muchas ocasiones y, sin duda alguna, cuando dos o más involucrados en una situación quieren llevarse los créditos uno de ellos termina mintiendo y, también como coloquialmente se dice, tarde que temprano la verdad sale a relucir.

En esta ocasión la interrogante sobre quién miente está entre la dirección de seguridad pública de Zacatelco y la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado (SSC), que han dado sus propias versiones, pero estas, a pesar de coincidir en algunas partes, en otras se contradicen sobre todo cuando se habla de quién actuó y de qué manera.

Y es que, durante el conflicto del sábado por la tarde, cuando un grupo de personas intentaban linchar a sujetos señalados como los ladrones de una unidad del transporte público, la policía tuvo que actuar para poner a salvo a los acusados, pero una y otra corporación se jacta de ser los que intervinieron, en el caso de la policía estatal, sostiene que los municipales ni siquiera se aparecieron.

El secretario de seguridad ciudadana, Ramón Celaya Gamboa, ha sostenido en entrevistas colectivas que fue hasta que llegó la policía estatal que el conflicto se atendió, y que solamente en el lugar había dos policías municipales que se negaron a actuar y a poner a disposición a los presuntos delincuentes, según por órdenes de su director.

Ramón Celaya incluso ha mencionado que el director de seguridad pública de Zacatelco ni siquiera se presentó, ni para tratar el problema directamente, ni para poner a disposición de la procuraduría a los retenidos y acusados por la población.

Sin embargo, el ayuntamiento de Zacatelco, encabezado por el alcalde, Hildeberto Pérez Álvarez, dijo lo contrario y en un boletín oficial que publicaron los medios de comunicación que cobran del erario para “tapar” sus errores, dice textualmente que “atendiendo al protocolo de actuación policial para intentos de linchamiento, policía municipal de Zacatelco hizo lo conducente, de manera coordinada con elementos estatales, para el aseguramiento de presuntos asaltantes (…)”.

Si hacer lo conducente se refiere a, según las palabras del secretario de seguridad en el Estado “una conducta omisa de parte de la policía municipal de Zacatelco”, los policías del “cachorro” están actuando adecuadamente, pero, de acuerdo con lo que debió suceder, y de acuerdo también con el propio Celaya Gamboa, “los únicos dos policías municipales que se encontraban en la zona no querían ponerlos a disposición de la procuraduría porque decían que era un tema del juez cívico, que así se los había ordenado el director”.

Por si fuera poco, el texto a modo remata con el párrafo que dice “de esta manera, el ayuntamiento de Zacatelco reafirma su compromiso de mantener el orden y el estado de derecho, en coordinación con el gobierno del Estado, atendiendo a los protocolos establecidos para que se dé cumplimiento al sistema de impartición de justicia”, que ni la burla perdona.

Es claro que, o el secretario de seguridad no estuvo ahí y no se dio cuenta de lo que realmente pasaba, o uno de las dos mienten, pero, conociendo cómo actúa el ayuntamiento y que al presidente municipal no le gusta otra cosa que no sea que lo adulen y lo destaquen como “uno de los mejores”, lo más probable es que el apodo se le tenga que cambiar a “el tío Lolo”.

Ahora que, si bien, el que escribe estas líneas tampoco puede tener la razón, así que lo que le corresponde al ayuntamiento, luego de las declaraciones de Ramón Celaya, es enviar una carta aclaratoria o el derecho de réplica a la vocería de la policía estatal solicitando cambiar su versión y decir que “policía municipal, como primer respondiente, y la policía estatal, de manera coordinada, mantuvieron el control de la situación para evitar un linchamiento”, como dicta el comunicado.