OpiniónPORTADA

Una para todos y todos a la más fuerte

Por: Regina García Lozano

La prudencia ha regido en la delegada de la Secretaría de Bienestar, Lorena Cuéllar, desde su asunción en el cargo, a pesar que la descalificación política y mediática no han parado. 

El calculo es correcto, pero insuficiente. No tiene sentido engancharse y exponerse a una refriega mayor, que incluso se valga de lo que se responde. 

Sobretodo cuando hay una posición privilegiada: encabezar las encuestas en promedio por cifras cercanas al 30% de diferencia con los restantes perfiles; estar en morena, el partido que encabeza las preferencias rumbo al 2021 y tener la oportunidad de canalizar en todo el estado los amplios programas sociales del gobierno federal. 

Esa posición político-electoral, obviamente, es la razón que exista un nutrido conglomerado político dentro y fuera de morena, interesado en atacarla. Los ataques incesantes son, contradictoriamente, la ratificación de parte de los adversarios de Cuéllar Cisneros, que es la rival a vencer.

Sin embargo, faltando más de un año para el día de la elección, hay tiempo para que se vaya ajustando el escenario. Ese amplio sector político que hoy rechaza a la delegada podría encontrar las formas para entenderse entre sí; organizado y unido serían una amenaza y acortarían distancias.

Suena descabellada y hasta contraproducente una alianza formal de los principales bloques adversos a morena -el que encabezaría el PRI y el que encabezaría el PAN-, pero no una velada que tienda a que un ala ataque y allane el camino de la otra. 

Destacando este, entre otros factores, la ruta de Lorena Cuellar camina un sendero estrecho, acotado por la amenaza de la confianza. No debiera dejarse suelto ningún cabo.

Si bien no vale la pena voltear a las descalificaciones por consigna, en sentido positivo bien valdría de mucho socializar lo mas posible el trabajo que se realiza en Bienestar Tlaxcala.

Ahondar, hasta ser reiterativo, en la variedad de programas y sus requisitos, que siempre quedan muchas dudas entre los tantos que buscan recibir un apoyo. Destacar los logros y resultados, por ejemplo: en Tlaxcala se ha estado en los primeros lugares a nivel nacional en censos, posteriormente en entrega de los apoyos. 

Más recientemente: el cumplimiento rápido de la meta estatal para canalizar los apoyos a micros y pequeñas empresas de 25 mil pesos provocó que incluso a nivel central se pidiera a la delegación tlaxcalteca apoyar a la poblana.

El trabajo y resultados en Bienestar serán la carta de presentación inmediata en su campaña a la gubernatura. Abonaría que esa presentación se ensaye lo más pronto e incluso, consecuentemente, en campaña sea ya algo conocido previamente por el electorado para dotar de credibilidad.

Esta puesta en la mesa la narrativa para Cuellar Cisneros: la transformación que requiere Tlaxcala empieza ahora, a través de quien desde el gobierno federal comenzó, en cercanía con la gente, a gestar ese cambio con sentido humano que pone por delante a los desfavorecidos.

Una narrativa, que por cierto, empata mucho con la personalidad política que ha distinguido a la delegada: el trato y atención cercana con sectores vulnerables.  Y por tanto, embona fácilmente frente a la gente.

Existen formas para no exponer la ventaja que se tiene, sin tampoco permitirse mellas, las cuales al tiempo, bajo circunstancias que aún pueden ajustarse, se puedan lamentar.