OpiniónPORTADA

Liderazgos sociales y cercanía, la ruta del 2024

  • Viejos liderazgos sin poder, cacicazgos extintos, estructuras desarticuladas, discursos sin acción, críticas sin respaldo ciudadano, partidos desmoronándose; eso fue lo quedó de las elecciones 2021. 
  • Es tiempo que cada partido trace una nueva ruta y ya trabaje rumbo a las elecciones intermedias del 2024 con ajustes radicales o de lo contrario en las siguiente elecciones seguirán perdiendo hasta morir.

Érase una vez … // Por: Penélope García Lozano

Los resultados de las pasadas elecciones del 6 de junio sacaron a la luz varios escenarios sobre la ruta a seguir de la nueva política y lecciones que todos los partidos deben aprender y tomar acción, si es que desean sobrevivir, resurgir o consolidarse.

La lección más grande y que debe aplaudirse es que la ciudadanía con cada elección se está volviendo más activa y juiciosa en el ámbito político, entiende el poder que tiene su voto y al participar en la vida política y pública; ahora exige más resultados. Desde las elecciones del 2018 la alta participación de la ciudadanía fue buena con más del 50% y ahora en 2021 en Tlaxcala la participación fue histórica con más del 65%.

Como ya lo había comentado en una columna antes de las elecciones, es en los municipios donde podemos ver la radiografía más clara de qué están hechos los partidos y su fuerza política. Es aquí de donde cada partido debe aprender, ponerse a trabajar y tomar acciones en respuesta a los resultados obtenidos. 

Los resultados electorales en los municipios nos demostraron que ir sólo respaldado por la marca de un partido no es suficiente para ganar aunque se trate de Morena. Pues ahí funciona diferente, la ciudadanía analiza más: pondera a la persona así como su trayectoria, realiza voto de castigo si la administración municipal ha sido mala. 

A Morena le debe quedar claro que en los municipios la marca no es suficiente para ganar pues pretendían ganar entre 30 y 40 municipios de los 60 que tiene el estado y finalmente sólo ganaron 14.  Avanzó Morena como partido pero no es una marea arrolladora.  

Municipios de relevancia no se quedaron con los partidos de supuesta fortaleza, hubo cambios interesantes y golpes contundes para los partidos.

Morena de los municipios fuertes sólo logró ganar la capital y Chiautempan pero no por sus candidatos quienes en su currículum no cuentan con trabajo social, estructura ni identidad partidista, ambos son ex perredistas e incluso ex príista. En estos municipios se ganó por voto de castigo pues el trabajo del aún alcalde priista y la ex candidata al gobierno fue malo y es reprobado por los chiautempenses y capitalinos a quienes no se les cumplió lo prometido, en conjunto al peso de la marca Morena ya que es en estos municipios donde los programas federales de Bienestar concentran la mayoría de beneficiarios y en donde el trabajo de líderes morenistas con estructura esta mejor organizado pues llevan años caminando y tocando puertas. 

El PAN logró mantener su bastión Apizaco, recuperó San Pablo Apetatitlán y otro municipio sumando sólo tres municipios los que encabezará. 

El PRI a pesar de colocarse como segunda fuerza a nivel municipal con 9 municipios ganados estos son de poca relevancia, pues encabezará Atlangatepec, Altzayanca, Cuapiaxtla, Españita, Tocatlán, Totolac, Zitlaltepec, Tzompantepec y Emiliano Zapata.

En el caso de Tlaxco, San Pablo del Monte y Zacatelco, hubo sorpresas pues ahí hubo voto de castigo de la ciudadanía, ganando PRD y Nueva Alianza respectivamente.

La sorpresa fue PRD que antes de las elecciones olía a muerto pero aún sobrevive y logra ganar Tlaxco, un municipio grande. Aún así ese triunfo no es suficiente, ahora es como un zombie, no está muerto pero tampoco vivo, ya que la zona sur, la cual dominaba, la perdió. 

RSP al quedarse con registro local y lograr ganar 4 municipios, pudiera convertirse en una alternativa interesante si se enfocan y trabajan duro. 

Estos cambios partidistas en los municipios deben marcar nuevas rutas a seguir a todos los partidos, por ejemplo:

– Morena debe fortalecerse de manera local el partido, institucionalizarse, contar ya con un dirigente elegido democráticamente respaldado por un comité. No puede seguir sacrificando a los verdaderos liderazgos anteponiendo a oportunistas, debe impulsar a sus cuadros a los espacios de relevancia; de lo contrario la marca se desgastará rápidamente. 

– PRI se quedó sin personajes de peso pues los que hay son fusibles quemados. El partido se encuentra en una severa crisis a nivel nacional y local pues no cuenta con auténticos líderes así como sus estructuras y militantes se desdibujaron al reducirse un alarmante 75%. El partido debe reiniciar y crear un nuevo camino, apostándole a impulsar a jóvenes y permitiendo pasar a rostros nuevos los cuales habían sido opacados por viejos falsos líderes. 

– PAN al aliarse en las elecciones de este año con el PRI y PRD simplemente se quemó y ahora quedó señalado como falso, pues ya no representa una alternativa auténtica de oposición a la izquierda, perdió la oportunidad de fortalecerse con un partido alterno y diferente a la 4T. Con su discurso desgastado así como poco efectivo en contra de todo lo que huela a AMLO, Morena y la 4T; no va a llegar lejos al contrario seguirá perdiendo fuerza, por lo que urge cambie de discurso y cree verdaderos líderes. 

De manera general la demanda del electorado hacia los partidos es que caminen a ras de suelo antes, durante y después de cada elección, trabajar en campo con la ciudadanía estando cerca de la gente, ser tomados en cuenta en las decisiones y acciones de cada administración municipal, buscan una participación activa y en conjunto con auténticos líderes sociales no con los políticos cuya  imagen ya se desgastó y la gente vincula con corrupción. 

Según la académica Ruth Pacheco un líder social es un “individuo que tiene las competencias, habilidades y destrezas para conducir un proyecto, para seducir a otros con un proyecto que es compartido y que tiene además, la capacidad de empoderar a otros”

El libro Líderes para el cambio social, señala que hay cuatro características que conforman a uno:

  • Proceso. Tener un plan estratégico para realizar las iniciativas, que los objetivos del proyecto sean claros, contar con indicadores para medir los resultados obtenidos, etcétera.
  • Influencia. Un líder social debe tener influencia para promover y buscar la transformación mediante campañas y programas sociales que luchen contra los factores que provocan una situación precaria, sin caer en el paternalismo.
  • Contexto de grupo. Establecer alianzas con otras organizaciones y actores sociales, e interactuar con donadores potenciales, medios de comunicación, instituciones, empresas y la sociedad en general.
  • Objetivo común. Fomentar propósitos y causas como derechos humanos, medio ambiente, apoyo a poblaciones vulnerables, construcción de comunidades sostenibles y más.

México y sus ciudades demandan cambios sociales, por lo cual el electorado ha comenzado a entender el papel importante que juega y la relevancia que tiene para lograr las transformaciones públicas que reclama.